Este Pueblo Mágico convive con el volcán Popocatépetl. Donde te ubiques, sea una terraza o en la punta del Cerro de San Miguel, el coloso siempre vigila y recuerda su presencia a través de una bocanada. Visitar Atlixco es un aventura aromática y multicolor. Este pueblo presume su clima como superior al del resto de México pues aquí hay árboles, flores, frutas y plantas por dondequiera.
Los Atlixquenses saben que han sido agraciados por la tierra, y tienen la costumbre de celebrarlo con floridos tapetes durante sus fiestas; en ellas danzas tradicionales como la de los quetzales y los hombres pájaro. Este lugar es centro del fabuloso “Huey Atlixcayotl” un festival multicultural de música y danza para agradecer a la madre tierra los favores del año; así como del Ex Convento del Carmen, la Iglesia de la Merced que data de 1680, la capilla de la Tercera Orden con su magnífico retablo y un sinfín de monumentos más.
Características:
Atlixco, nombre azteca formado Atl-ix-co que significa “Agua en el valle o en la superficie del suelo”. Se le conoció como “Quauhquechollan”, que proviene del náhuatl y significa “Lugar del águila Quecholli”. Cuatrocientos años antes ya vivían aquí Chichimecas, Teochichimecas y Xicalancas que tributaban a Tenochtitlán. Fue fundada en 1579 por los conquistadores como Villa de Carrión. El 14 de febrero de 1843 el presidente general Nicolás Bravo reconoció su contribución en la Independencia y la declaró ciudad bajo el nombre de Atlixco. Años más tarde, el 4 de mayo de 1862, un día antes de la Batalla de Puebla los Atlixquenses resistieron a las tropas conservadoras; siendo este un componente significativo para la victoria de día siguiente; este hecho histórico se presenta como la Batalla de Atlixco.
Ubicado a 1,830 m de altitud; de clima templado y cálido, subhúmedo y lluvioso durante el verano. Sus planicies están dedicadas a la agricultura, que cada vez ocupa más espacio de bosques; cedros y pinos originarios de la región, conviven con algunos pastizales.
A degustar el consomé, o la cecina atlixquense, con tortillas hechas a mano; también hay gran variedad de adobos, moles, y pipianes; tacos placeros, tamales de comino, tlacoyos, y truchas. Las bebidas son Atole de arroz y Chileatole. Como postre hay los tradicionales helados, nieves, y sorbetes; o dulces típicos como la jeripa, camotes, calabaza en dulce, y tejocotes.
La compra de artesanías son artículos de barro, camisas bordadas, velas; o bien flores y plantas de los viveros.
Se incorporó al programa Pueblos Mágicos en el año 2015.