Compendio SciCheck

Las vacunas contra el COVID-19 no contienen microchips y sus listas de ingredientes son fácilmente accesibles. Pero publicaciones en redes sociales utilizan un antiguo video del director general de Pfizer hablando de una ‘píldora electrónica’ para dar la falsa impresión de que estaba confirmando la teoría de conspiración sobre microchips en las vacunas.

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Las vacunas contra el COVID-19 no contienen microchips y sus listas de ingredientes son fácilmente accesibles. Pero publicaciones en redes sociales utilizan un antiguo video del director general de Pfizer hablando de una ‘píldora electrónica’ para dar la falsa impresión de que estaba confirmando la teoría de conspiración sobre microchips en las vacunas.

Las listas de ingredientes de las vacunas contra el COVID-19 aprobadas y autorizadas en Estados Unidos por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) están disponibles en internet. Las vacunas no incluyen microchips.

Pero la falsa afirmación de que las vacunas contra el COVID-19 contienen microchips ha estado circulando durante gran parte de la pandemia. Al iniciarse la investigación de las vacunas contra el COVID-19 en 2020, las teorías de conspiración afirmaban erróneamente que las vacunas incluirían microchips para rastrear al públicocolocados por Bill Gates u otros.

Años más tarde, los escépticos de la vacuna contra el COVID-19 intentan demostrar que las vacunas sí tienen microchips utilizando un video de 2018 de Albert Bourla, el director general de Pfizer, en donde habla de una “píldora electrónica” con un sensor digital que dijo fue aprobado por la FDA. Las publicaciones dan la falsa impresión de que las declaraciones de Bourla son recientes y podrían concernir a las vacunas contra el COVID-19. 

En realidad, el video es del Foro Económico Mundial celebrado en enero de 2018, antes de que existieran la pandemia y las vacunas contra el COVID-19, y hace referencia a un medicamento que no fue desarrollado por Pfizer y que está destinado a un grupo específico de pacientes, aquellos con determinadas enfermedades de salud mental.

Turning Point USA, una organización conservadora, compartió el video de Bourla en Facebook sin proporcionar ningún contexto o referencia al COVID-19, y lo tituló “¿El director general de Pfizer, Albert Bourla, elogió una píldora con un microchip en Davos…?! QUÉ ESTÁ PASANDO. #ElGobiernoApesta”. No obstante, un usuario lo relaciona con las vacunas contra el COVID-19 en un comentario: “oh…solo ponte la inyección…¡nada de lo que tiene te molestará!…¡jajaja!”. La publicación ha sido vista más de 23.000 veces, con publicaciones similares que acumulan más de 486.090 interacciones en Facebook, según CrowdTangle.

Jimmy Dore, un propagador habitual de desinformación y anfitrión del Show de Jimmy Dore, hizo un segmento sobre la participación de Bourla en el panel del Foro Económico Mundial y lo publicó en su canal de YouTube el 21 de mayo con un texto que dice incorrectamente: “¡Otra conspiración confirmada!”. La descripción del video en YouTube, titulado “Los microchips en las píldoras para imponer su cumplimiento son REALES, dice el director general de Pfizer”, también data las declaraciones de Bourla incorrectamente, diciendo que “Bourla apareció recientemente en el panel”, cuando en realidad fue hace cuatro años.

En el video, Dore concuerda con un tuit que dice “otra ‘teoría’ de conspiración se convierte en una conspiración comprobada”. El video recibió más de 168.000 visitas y 13.000 me gusta.

“Así que no es una teoría de conspiración. La conspiración era que el localizador estaba dentro de la vacuna. Así es. Solo están trabajando en rastrear su acatamiento. Simplemente no estaba listo aún. Así que debe sentirse como un verdadero idiota si pensaba que iban a poner eso en la vacuna”, dijo Dore bromeando.  

Hacia el final del video, Dore bromea con su compañero, el comediante Kurt Metzger, diciendo que la píldora podría ser buena para pacientes psiquiátricos o en “manicomios”. 

Aunque puede que estuviera bromeando, Dore estaba en lo cierto al decir que las píldoras se utilizan en pacientes psiquiátricos, pero no explica en ningún momento que eso era exactamente de lo que estaba hablando Bourla. 

Durante el foro, y a raíz de una pregunta del público, los panelistas hablaron de la colaboración de los pacientes y de cómo asegurarse de que tomen los medicamentos que necesitan. 

“Incluso si fabrican el mejor medicamento o el mejor dispositivo para llevar puesto, no hay garantía de que el paciente vaya a tomar un medicamento o utilizar un dispositivo. Así que, ¿cómo están pensando en usar la tecnología para involucrar al paciente?”, preguntó un miembro del público a los panelistas.

La pregunta suscitó la respuesta de Bourla, que apareció en las redes sociales, pero que no tenía nada que ver con el COVID-19 o las vacunas.

Bourla, enero de 2018: Creo que es fascinante lo que está sucediendo en este campo ahora mismo. Es decir, la FDA aprobó la primera píldora electrónica, si puedo llamarla así. Entonces, es básicamente un microchip biológico que está en la pastilla y una vez que se toma la pastilla y se disuelve, su estómago envía una señal de que se tomó la pastilla. Así que imagine las implicaciones de eso, el seguimiento. Para las compañías de seguros, saber que los medicamentos que los pacientes deben tomar, los toman. Es fascinante lo que ocurre en este campo, pero, por supuesto, habrá un costo inicial que alguien tiene que invertir.

Bourla, enero de 2018: Creo que es fascinante lo que está sucediendo en este campo ahora mismo. Es decir, la FDA aprobó la primera píldora electrónica, si puedo llamarla así. Entonces, es básicamente un microchip biológico que está en la pastilla y una vez que se toma la pastilla y se disuelve, su estómago envía una señal de que se tomó la pastilla. Así que imagine las implicaciones de eso, el seguimiento. Para las compañías de seguros, saber que los medicamentos que los pacientes deben tomar, los toman. Es fascinante lo que ocurre en este campo, pero, por supuesto, habrá un costo inicial que alguien tiene que invertir.

Bourla se refería a Abilify MyCite, unos comprimidos de aripiprazol con un sensor desarrollado por Otsuka Pharmaceutical Co. y Proteus Digital Health. La píldora, aprobada por la FDA, se utiliza para tratar la esquizofrenia, el trastorno bipolar I y la depresión severa en adultos y puede registrar que la medicación fue ingerida. El medicamento fue aprobado en 2017, unos meses antes de celebrarse el Foro Económico Mundial de 2018, y se utiliza como tratamiento, no como vacuna.

Abilify MyCite es el primer medicamento aprobado en EE. UU. con un sistema de seguimiento digital de la ingesta, según la FDA. Funciona enviando un mensaje desde el sensor de la píldora a un parche portátil que transmite la información a una aplicación móvil para que los pacientes puedan hacer un seguimiento de la toma del medicamento en sus teléfonos inteligentes.

La portavoz de la FDA, April Grant, nos confirmó en un correo electrónico que Abilify MyCite es el único medicamento con este tipo de sistema aprobado en EE. UU. por la FDA. 

Las vacunas contra el COVID-19 no contienen microchips ni ningún otro material usado en las pastillas Abilify MyCite, según nos dijo la portavoz de la FDA, Abby Capobianco, en un correo electrónico.

“Estas afirmaciones son completamente falsas. Las vacunas contra el COVID-19 autorizadas y aprobadas por la FDA no contienen ninguno de los elementos/materiales mencionados en la alegación”, dijo. “La lista de ingredientes de las vacunas se puede encontrar en la hoja informativa para receptores y cuidadores (que se encuentra aquí en la página 3 para Moderna y aquí en la página 5 para Pfizer)”.

Capobianco también dijo que el memorándum de la revisión de la FDA sobre la vacuna de Pfizer incluía “información sobre la química, la fabricación y los controles de la vacuna”, así como información sobre los ensayos clínicos. 

Traducido por Elena de la Cruz.

Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.