Y nada fué casualidad, llegó y creó lo que ya estaba escrito, que no fué inesperadamente como apareció en mi vida, tal vez ya estaba destinada para mi y tampoco fué un golpe de suerte; simplemente la vida esperaba a que fuera uno de esos bonitos momentos, donde ya era justo reconocernos, donde no somos tan jóvenes, ni tan viejos, sólo lo suficientemente maduros para conocer el mundo tomados de la mano…y por Ella, jugaría quedarme a su lado hasta el último día que me quede…