Las personas a veces buscan “maestros” sin darse cuenta que en casi todas las ocasiones los mejores maestros están a nuestro alrededor: son las plantas, los animales, los niños, los ancianos. La sabiduría no es algo que se enseña, es algo que se aprende y que está disponible para el que quiere oír y para el que quiere ver. En Proverbios 4:7 dice: “La sabiduría es lo primero.
¡Adquiere sabiduría! Por sobre todas las cosas, adquiere discernimiento.” Note que dice: ADQUIERE. No dice Recibe. Un hombre estaba recorriendo las calles ofreciendo un producto. Se sentó en una esquina a descansar bajo la sombra de un árbol y conversó con un anciano. El tipo quería tirar la toalla cuando de pronto el señor mayor le dice: “Sigue
avanzando. Perro que anda encuentra hueso.” La Biblia, el libro de libros, hace constantes referencias a los animales.
Dice en uno de sus pasajes: “El león, fuerte entre todos los animales, que no vuelve atrás por nada.” Para el León todo es para adelante, no vuelve al sufrimiento, no vuelve a la
escasez, no vuelve al dolor. El León rompe con lo que no le cuadra: ni tolera, ni soporta. Hay gente que no es como el León. Vi a una persona que se quejaba de su pareja infiel y
abusiva, que le propinaba maltrato físico. Esa persona decidió separarse, y al mes regresó. Vi a otra persona quejarse de su trabajo, de su jefe y de su sueldo, pero sigue allí. Todos los días renuncia en su mente, toma la decisión, pero vuelve a lo mismo.
La frase dice “Observad la naturaleza y hazte sabio.” Hace poco, una amiga me comentó que en Japón tenían un problema con el famoso Tren Bala. Ese tren hacía demasiada
bulla, demasiado ruido, las ondas de choque en los túneles eran un peligro y, además, el famoso Tren Bala consumía demasiada electricidad. ¿Cómo resolvieron ese problema?
Un ingeniero de apellido Nakatsu, muy estudiado y muy inteligente, se puso a observar las aves y se encontró con el famoso Martín Pescador, un pajarito que tiene por costumbre
meterse al agua con toda velocidad, pero sin hacer bulla. Entonces el ingeniero se preguntó eso: ¿Cómo este pajarito puede ir a tanta velocidad sin hacer bulla? Los japoneses se inspiraron en ese pajarito, el Martín Pescador y diseñaron el Tren Bala con esa figura. Por eso la nariz del tren es como la nariz del Martín Pescador. Y así, Japón ahorró millones de
millones de dólares. Todo gracias a observar la naturaleza. Nosotros siempre hemos hablado de una filosofía a la que hemos denominado “La filosofía de los pajaritos.” Las aves
no se reproducen si primero no tienen el nido. Ellas primero hacen la casa y después los hijos. En cambio, observa a muchos humanos: primero hacen los hijos y después se
preguntan dónde van a vivir. La gente quiere mejorar su economía, pero no aprenden de las hormigas. Si fuésemos más humildes, más observadores, entonces seríamos más
prósperos.